La predisposición y la paciencia son claves para enfrentar cualquier problema. Ya sea entre dos o más personas y para llegar a un acuerdo de la mejor manera posible.
En ocasiones los problemas suelen parecer más grandes que nosotros, por lo que no logramos enfrentarlos. Quizá intentamos resolver los conflictos que hay entre el equipo de trabajo y salimos afectados… lo peor es que sin llegar a una solución. Aunque sí pueden tener mediación cuando la intervención se hace de manera profesional.
Lo más indicado es convocar a un especialista si la situación lo amerita. Aunque no siempre es necesario. Existen conflictos en los que deberás afrontarlo sólo. A lo mejor tengas que pedir ayuda cuando son con tu pareja, un compañero de trabajo o tu jefe.
Un aspecto esencial para ser un mediador es que exista un principio de imparcialidad. El favoritismo no permitirá llegar a un acuerdo que sea equilibrado. La clave está en reconocer que existe un conflicto y analizar cuáles son las razones que lo han causado.
Estas recomendaciones que hoy te traigo, te podrán ayudar. La próxima vez que tengas un problema los vas a afrontar de la mejor manera sin salir afectado.
1. Interés
Las partes implicadas deben tener el deseo de resolver las diferencias y crear el espacio necesario para atender el problema.
2. Bajar la cabeza
Pedir ayuda, aceptar el rol de una persona como mediadora, y atenerse a las reglas de un proceso básico de mediación.
3. Escuchar
Siempre escuchar sin interrumpir. Cada uno tendrá tiempo para hablar. Evita los supuestos, no des nada por hecho y enfócate en preguntas que permiten resolver las cosas. No hagas que se compliquen más. Juzgar e insultar quedan prohibido.
4. Aprender a decir las cosas
Reformula lo que dices para evitar que no parezcan acusaciones. Recuerda que el mediador promueve el entendimiento. Entonces, si se prejuzga, es difícil poder establecer un consenso. Por ejemplo, en vez de decir: “tú te comprometiste a…”, conviene decir “yo entendí que estabas comprometido a…”.
5. Compromiso
Los involucrados deben comprometerse a no abandonar el lugar sin haber negociado y acordado una solución,. Es importante también asegurar que se mantendrá la confidencialidad de todo el proceso.
6. Soluciones parciales
Buscar soluciones intermedias en casos de conflictos de intereses. Por ejemplo, cuando alguien debe hacer algo que le disgusta, pudiendo balancear esa carga con sus otras obligaciones.
7. Problema de carácter ético y moral
Cuando aparecen conflictos de valores, preferencias sexuales o creencias… es difícil poder negociar y transigir. Habrá que ser especialmente creativos para ayudar a resolverlos.
8. Escríbelo
Luego, se pondrán por escrito las soluciones más equitativas según lo que decidan las partes. Aquí es estratégica la ayuda del mediador que podrá acompañarlos a encontrar los puntos en contacto, más allá de las diferencias. Pero recuerda poner en práctica las decisiones y observar su cumplimiento.
Como sabemos, hay muchas situaciones en las que los procesos de mediación fallan. Por lo que no quedará otra alternativa que recurrir a las vías legales.
En ocasiones será posible llegar a un a mutuo acuerdo. Habŕa otras donde quizá no. Pero la predisposición y la paciencia serán dos aliados para aliviar el conflicto de la manera más sana posible.
Fuente: Entrepreneur